Semanario de esparCiencia #10

Por espar Ciencia

Publicado el 2 Feb. 2022 08:10

Tiempo de lectura: 7 minutos.

Ya estamos pisando febrero y, por si estuviste de vacaciones, te contamos lo que estuvo pasando últimamente. ¡Enterate!


Charles Henry Turner - un adelantado a los tiempos sociales y científicos

Mañana se cumplen 155 años del nacimiento de Charles Henry Turner, un destacado zoólogo estadounidense.
Turner vivió en una época en la que lograr una fracción de lo que él logró ya se podría haber considerado casi milagroso para un negro. Nació solamente dos años después del final de la Guerra Civil y gracias a su destacadísimo desempeño escolar consiguió acceder a educación superior, siendo la primera persona negra en recibir un título de grado de la Universidad de Cincinnati, su ciudad natal.
Luego de obtener una maestría en 1982,  repartió su tiempo entre la docencia secundaria y la investigación en zoología. El hecho de haberse dedicado a la educación secundaria puede relacionarse en parte con su dificultad para conseguir cargos universitarios reservados a los blancos. Esta dificultad implicó también que no contaba con recursos ni asistencia a la hora de su investigación. Pero su pasión por la profesión lo llevó a continuar y "mudarse" de las aves con las que había comenzado trabajando, a los insectos.

Retrato de Charles Henry Turner. Fuente: wikimedia commons

Turner llegó a ser reconocido no solamente por la barrera social que derribó sino también y sobre todo por sus aportes científicos en entomología. Publicó 49 papers - tres de ellos en la ya para ese entonces destacada revista Science - y realizó importantes descubrimientos como el hecho de que los insectos pueden oír y distinguir tonos. Entre sus publicaciones en Science se encontraba un resumen de su tesis de doctorado que probablemente haya sido la primera publicación de una persona negra en esa revista.
Además de estudiar la percepción en estos organismos Turner estudió sus comportamientos y para ello tomó un enfoque poco común en su época. Mientras que la mayoría de la comunidad científica asumía que la conducta de los insectos estaba ligada nada más a sus reflejos y se mantenía exactamente igual durante toda su vida, Turner fue de las primeras personas en postular que eran capaces de recordar y aprender de una manera comparable a como lo hace un vertebrado. Para poner a prueba esa hipótesis, desarrolló experimentos - la mayoría de ellos con abejas - comparables a los que años después investigadores como Skinner o Pavlov llevarían adelante con aves, ratas o perros. Usando la tendencia de las abejas a buscar néctar, el investigador descubrió que eran capaces de detectar patrones y colores y asociarlos al alimento o cambiar su comportamiento en caso de que el estímulo en cuestión dejara de corresponder a la presencia de néctar (por ejemplo al cambiar el aspecto del recipiente donde se presentaba la sustancia al animal). A la manera del famoso experimento de los perros de Pavlov, Turner también estudió la capacidad de los insecto de asociar un estímulo de valor positivo o negativo con uno sin un valor para ellos. La repetición de este ejercicio provoca que se asocien ambos estímulos y el animal termina reaccionando al estímulo neutro como si fuera el estímulo con valor, es decir, incorpora un conocimiento nuevo y modifica su conducta. Por ejemplo Turner estudió la capacidad de las polillas de asociar un determinado sonido con la incomodidad de ser manipuladas por un humano. Habiendo aprendido la conexión, al ser expuestas solamente al sonido, las polillas reaccionaban agitándose e intentando escapar como si estuvieran entre sus manos. Partiendo de esa base simple estudió las distintas variables que entraban en juego en este aprendizaje variando los estímulos, la cantidad de veces que se realizaba el ejercicio, la probabilidad de que el animal no recibiera un estímulo positivo o negativo, etc. A través de estos experimentos Turner sentó las bases para la explosión en el estudio del comportamiento de los insectos y de los animales en general que se daría luego de su muerte en 1923. 

Reconstrucción de uno de los experimentos de Turner con abejas. Fuente: https://doi.org/10.1016/j.cub.2020.08.075

Proyecto Ley de humedales, la caída

Nuevamente debemos lamentar que el proyecto no haya ingresado dentro del temario de las sesiones extraordinarias del Congreso. La tercera caída parece ser la más fuerte sabiendo que se han cumplido más de 10 años de intentos de incluirla en el debate legislativo. Los grupos a favor del proyecto levantaron quejas al respecto por el gran atraso que implica esta caída, debido que trae consigo el volver a foja cero. En medio del reclamo ambiental mundial sobre el uso correcto de los recursos naturales y tras otra lamentable temporada de voraces incendios en varias provincias de nuestro país, consideramos sumamente necesario continuar con la lucha para obtener la Ley de humedales debido a su importancia ecológica, económica y patrimonial.

Los humedales son claves para cuidar la biodiversidad y en la lucha contra el cambio climático.

La gripe aviar otra vez tiene al mundo en vilo

Una nueva oleada de gripe aviar causa preocupación en el mundo. Su alta letalidad sobre poblaciones de aves salvajes y en cautiverio hacen a este virus muy peligroso en términos de conservación y económicos, pero además, así como sucede con la gripe porcina, se trata de un patógeno que puede infectar a personas. Con la intensificación de la cría avícola en las últimas décadas, estos virus se transformaron en una amenaza de futuras pandemias

Después de un 2021 agitado, con casos de la variedad H5N8 en granjas de Asia y Europa y unos pocos reportes de personas infectadas en Rusia, 2022 comienza con diversos subtipos de gripe aviar circulando a la vez. En los últimos 6 meses, más de 40 países informaron casos en aves silvestres y de corral, y con varios contagios reportados en humanos, incluyendo casos del tipo H5N6 (con una letalidad estimada de aproximadamentel 50%) en China. Según las autoridades europeas es el peor brote de gripe aviar hasta la fecha, y aunque aún no parece haber transmisión de humano a humano, la constante circulación en las granjas es un peligro: este virus tiene un genoma en “bloques” que pueden recombinarse en un organismo infectado con distintas variantes y eventualmente adquirir la capacidad de transmisión entre personas. 

Un reporte de la Organización Mundial de la Salud, por otro lado, aclara que el riesgo no sería mayor que en años anteriores sino que se estarían registrando más casos por una mayor vigilancia relacionada al coronavirus, pero igualmente la probabilidad de contagio a humanos permanece alta, por lo que piden intensificar el monitoreo. 

Un cartel en Dinamarca advierte sobre los casos de gripe aviar. Fuente: Reuters

Otro costado oscuro de la pandemia

La pandemia sigue dando motivos de preocupación. Esta vez, la Organización Mundial de la Salud advirtió que la mayor parte de los materiales médicos utilizados para lidiar contra el coronavirus no son debidamente desechados, con los peligros que eso implica para el ambiente y la salud de las personas.

Los desechos médicos, el nuevo problema de la pandemia.

Guantes, camisolines, barbijos, gafas y otros insumos cuya utilización aumentó de forma vertiginosa, muchos de un solo uso y de materiales no biodegradables, son arrojados junto con residuos químicos sin ningún tipo de tratamiento ni control. La vorágine de la pandemia dejará atrás decenas de miles de toneladas de basura, ambientes contaminados, y a personas y animales expuestos a contacto con químicos y pinchazos accidentales.

Por ese motivo la OMS pidió que se evite el uso de materiales descartables a menos que sea estrictamente necesario, que se refuercen los controles para su tratamiento y que se fomente el desarrollo de alternativas biodegradables.



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