El potus rebelde

Por espar Ciencia

Publicado el 30 Junio 2022 08:20

Tiempo de lectura: 41 minutos.

En el día internacional del asteroide, compartimos nuestro podcast. La excusa de una película pochoclera nos sirvió también para hablar de ciencia rebelde. ¡Y con un invitado especial!


El 30 de junio es el día internacional del asteroide. Por eso aprovechamos para compartir este nuevo episodio de nuestro podcast. que comenzó hablando de una Rebelión científica y siguió con una película pochoclera. ¡Una excusa para tener a un invitado de lujo!

Resulta que la nota escrita por Alesita sobre científicxs que llaman a una rebelión en contra de las estructuras que favorecen la crisis climática, “Rebeldes con causa”, nos dejó un inesperado deseo de seguir discutiendo sobre cómo se construye la ciencia en el mundo. Y si viste la película de la que hablaremos hoy, seguro te imaginarás por qué se nos vino inmediatamente a la mente.

Si, es “Don’t look up” (No mires arriba). Y aprovechando este impulso nos pusimos a filosofar. Claro que para esta ocasión no quisimos hacerlo sin un invitado de lujo que nos ayude con la pata cinematográfica del asunto: Lorenzo (para los amigos, "Lolo"), un compinche de esparCiencia que forma parte de un podcast llamado “Anochecine”. Puro cine, puro fanatismo, tal como lo expresó él mismo.

De Scientist rebellion a Don’t look up: comenzamos hablando de lxs científicxs que están detrás de esta rebelión. Ellos dicen que existe un acuerdo generalizado sobre la existencia del cambio climático pero sin embargo no estamos accionando como se debe ante su gravedad, como contamos en una reciente nota... ¿No son obvios los paralelos con Don't look up? 

Lolo nos cuenta que en su podcast se puede escuchar la reseña sobre esta película del director Adam Mckay, que ya nos tiene acostumbradxs a este tipo de comedia negra. Pero en este caso, además, el film tiene mucha relación con la actualidad política y científica norteamericana.

 

Con la peli como excusa, reflexionamos sobre algunos de los problemas que plantea la película y sus paralelos con la realidad.

El papel de los medios de comunicación y lxs científicxs involucrados, tal vez muy estereotipados, hacen salir a la luz un problema real. Cada quien tiene su interés. Los medios quieren vender, los científicos comunicar (y también, por qué no, vender sus descubrimientos y a sí mismos). Pero ¿qué pasa con estos conflictos y cómo se negocia esa relación? 

En la película, un científico "fuera del sistema" y una becaria que aún no está del todo inmersa en él son los actores en que recae esta responsabilidad de comunicar la inminente catástrofe. Algunas presiones del sistema que a las personas que trabajan en ciencia seguramente les resuenen de una u otra forma.

Por un lado, un descubrimiento presentado por profesionales menos conocidos no suele ser tomado con la misma seriedad o importancia que si lo hubiese anunciado una "celebridad" del sistema. Pero por otro también podemos hablar de universidades más pequeñas versus las más grandes, o de la diferencia entre hacer ciencia en países periféricos y en el "primer mundo". De hecho, no podemos evitar mencionar el sesgo de la película hacia el modo de hacer ciencia, política y comunicación en Estados Unidos. Aunque el sistema científico está bastante globalizado y muchos paralelos son obvios, no necesariamente se refleje en otras regiones de la misma forma.

Daniel menciona el hecho que, en la película, al lugar de investigación se lo muestra impoluto de alguna manera u otra, y alejado del resto de la sociedad, como si reflejara un acto de construcción de conocimiento puro que luego debe ser "bajado" al mundo real. Pero ¿qué pasa con esa comunicación social? ¿Puede (o debe) un científico sin formación en este ámbito dedicarse a comunicar su conocimiento? ¿Cómo se dan esas relaciones entre "ciencia" y "sociedad" y son dos dominios tan mutuamente excluyentes como parece en la película o como a veces creemos?

Para cerrar, nos parece interesante como refleja la película la problemática actual de las esperanzas científico-tecnológicas. Queremos solucionar graves problemas, muchas veces generados por nuestro modo de vida y nuestras tecnologías, profundizando aún más esa dependencia en tecnologías nuevas que nos prometen arreglar todo lo anterior, en lugar de pensar en cuáles fueron las causas originales de nuestra situación.

Los verdaderos científicos rebeldes.

Y así volvemos a los movimientos de rebelión alrededor del mundo que nos dicen que no cerremos los ojos, que miremos alrededor (no, esta vez el peligro no viene del cielo) y que tomemos acción de forma urgente si no queremos que el mundo real termine como una gran comedia negra.



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