The walking fungi

Por Julieta Mirabelli

Publicado el 22 Abril 2023 13:35

Tiempo de lectura: 6 minutos.

En esta nota final en referencia al día de la micología te contamos sobre el caso de los hongos que parasitan hormigas transformandola en una especie de zombie y que ha inspirado a los creadores del famoso juego y serie The Last of us.


Los hongos no han sido protagonistas de casi nada, hasta ahora. Un video juego super popular llamado The last of us (El último de nosotros), los colocó en el centro de la trama… aunque, en realidad, esto no los hizo más populares.

Si no vieron la serie pero les gustan las tramas que incluyen mundos distópicos y zombies come humanos, la recomiendo. Eso sí, personas sensibles, abstenerse: no hay capítulo en el que no haya llorado. ¡¡Además la segunda temporada se viene peor!! Como sea, alejándome del spoiler y dejando el drama de lado, resultó muy acertado por parte de los creadores del juego utilizar un ser vivo que para muchas personas pasa desapercibido.

Imagen del Juego The Last of us. Fuente: Rob Obsidian

Los hongos son un grupo de individuos extremadamente diverso y abundante. Muchos son microscópicos. Por ello, permanecen aún desconocidos. Como les contamos durante estos días, son seres únicos y peculiares, por lo que requirió colocarlos en un Reino de clasificación aparte de los animales y las plantas. Ya les contamos muchas de sus propiedades, pero la capacidad de un tipo de hongos llamado Ophiocordyceps unilateralis llamó la atención a los desarrolladores del juego. Este hongo era capaz de parasitar y convertir a algunos insectos en algo parecido a un zombie. ¡Perfecto! Le agregamos humanos a la historia, pandemia, escasez de recursos, peleas por la supervivencia y ¡listo! ¡Tenés un videojuego!

Bueno, bueno, hormiga zombie como muestra el juego o se ve en las películas no es. Es simplemente más aterrador. Si te animás a ver el proceso, aquí te dejo este video. Nuevamente, sensibles, abstenerse. 

Lo que ocurre es que esta especie de hongo busca dispersarse y reproducirse, como la gran mayoría de las especies vivas. Perpetuar la especie es una característica de los seres vivos. Pero el mecanismo que utiliza el Ophiocordyceps unilateralis resulta un tanto cruel. 

Cuando el hongo libera las esporas, estas pueden infectar a insectos como las hormigas. Cuando ocurre, esa espora comienza un proceso de crecimiento dentro del insecto, liberando toxinas y afectando tanto a los músculos como al sistema nervioso. A la hormiga esto le produce gran desorientación que conlleva un comportamiento fuera de lo común. El hongo la tiene controlada, de allí su transformación en “zombie”. Algunas de sus compañeras hormigas, en caso de notar este comportamiento extraño, la obligan a abandonar la colonia. La pobre, además de infectada, desterrada.


En su soledad, la hormiga parasitada cumple el deseo de su cruel titiritero, que la hace buscar un lugar cálido y húmedo que favorezca su crecimiento… y allí la utiliza como alimento. Sin poder evitarlo, la hormiga busca un lugar elevado, se aferra con sus fuertes mandíbulas al tallo de alguna planta y espera la inevitable muerte. En esta última instancia, y cuando el hongo dispersó su micelio por todo el animal, se desarrolla una estructura que emerge del cuerpo de su víctima saliendo por la base de su cabeza. Dicha estructura podrá producir nuevas esporas que serán liberadas al medio, dispersándose, infectando… reproduciéndose, zombificando

No hay que dejar de lado que cualquier parásito necesita de su hospedador para poder perpetuarse. No tiene sentido biológico eliminar a todos sus hospedadores, porque luego él mismo se vería afectado. Si bien las nuevas esporas infectan a nuevas hormigas, comenzando nuevamente el ciclo de infección y zombificación, es sabido que no todas las hormigas de la colonia se ven afectadas por el hongo, permitiendo que el avance sea continuo pero no completamente letal.

Parece de ciencia ficción que un ser vivo sea capaz de parasitar a otro y controlar su comportamiento, pero no es el único caso descrito en la naturaleza. Muchos otros insectos son afectados por este hongo o algún grupo evolutivamente cercano a él. La neuro-parasitología, disciplina en crecimiento, se encarga del estudio de casos como éste.


Así, en un ataque de inspiración biológica, los creadores de la serie inspirada en el juego (The last of us) utilizaron un recurso muy astuto en su escena inicial. En ella se ve a dos científicos hablando con un conductor de televisión de los años 60 sobre la posibilidad del devenir de una pandemia que afecte al ser humano y que sea ocasionada por algún microorganismo. En una discusión un poco dramática, uno de estos científicos recalca que a lo que debemos temer verdaderamente es a los hongos. Sobre todo en un ambiente con temperaturas cambiantes (calentamiento global) como en el que se está viviendo. Esa simple escena despierta muchos interrogantes ¿Acaso fue esta la razón de la pandemia que se ocasiona un tiempo después? En este mundo distópico, la víctima del Ophiocordyceps unilateralis, al cual llaman simplemente cordyceps, son los seres humanos. Y ante la inminente dispersión del hongo caen ciudades enteras generando millones de víctimas. Los sobrevivientes ahora se juegan su propia humanidad luchando a todo o nada. Es solo otra serie de zombies.

Si te preguntás si estos hongos podrían afectar al ser humano en alguna manera similar a la hormiga o cercano a lo que muestra la serie/juego, bueno, tal vez si te despertás un día como el personaje principal del libro La metamorfosis de Franz Kafka… Pero si no es el caso, estate tranquilx. Años de evolución de esta especie la han vuelto muy específica a las especies que parasita, dejando de lado a la nuestra. Para ser capaz de eliminar a nuestro sistema inmune, primero debería haber adquirido nuevas habilidades, y eso es tan remoto como improbable. Mejor preocupate por no comerte el tomate hongueado que no sabías que tenías en el fondo de tu heladera.



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