Mi reloj interno, tu reloj interno, nuestro reloj interno: entrevista a Lía Frenkel

Por Alejandra Castro

Publicado el 4 Oct. 2022 13:39

Tiempo de lectura: 12 minutos.

Entrevistamos a la Dra. Lía Frenkel, directora del laboratorio de Neurociencias del Tiempo en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Nos explicó cómo los humanos percibimos el tiempo y también sobre el desarrollo de la aplicación mi reloj interno.


En diciembre del año 2019 los medios de comunicación comenzaron a informar sobre la aparición de un virus respiratorio en China. Se desconocía su origen,  pero sí se sabía que tenía consecuencias  severas para la salud de los humanos. A fines de enero de 2020 la OMS declaraba a la pandemia de coronavirus una emergencia internacional de salud  pública y en pocas semanas la vida de los habitantes del planeta se ponía patas para arriba. En ese contexto, Lía Frenkel junto a otras 3 investigadoras, Fernanda Ceriani, Paula Cramer y Juliana Leone desarrollaron la aplicación Mi reloj interno. La idea que impulsó este trabajo fue ayudar a la población que se encontraba en una situación de vida muy  particular de confinamiento debido al aislamiento social preventivo y obligatorio. Si bien esta medida se estableció como estrategia para controlar el alto nivel de contagios producto de la pandemia de COVID 19 cuando aún no se disponía de vacunas, tenía una serie de consecuencias inevitables. Una de ellas era que se estableciera un nuevo contexto social en el cual la población debía cambiar sus hábitos y actividades de manera radical. En particular, muchas personas iban a restringir la exposición a la luz solar debido a que las casas en las que vivimos  en las ciudades no están preparadas para que sean habitadas 24 horas por día durante los siete días de la semana por largos períodos de tiempo. ¡No nos permiten vivir permanentemente en su interior de manera saludable! 

Lía Frenkel junto a otras 3 investigadoras, Fernanda Ceriani, Paula Cramer y Juliana Leone desarrollaron la aplicación  Mi reloj interno..

A este grupo de investigadoras que trabajan en cronobiología  les preocupó esta situación y se focalizaron en transmitir la importancia de prestar atención a los ritmos circadianos durante el confinamiento ya que una alteración en estos podría traer consecuencias sobre la salud física y mental. Pusieron manos a la obra y desarrollaron Mi reloj interno. Esta aplicación les permitió a los usuarios obtener recomendaciones para coordinar sus hábitos con sus ritmos internos durante el confinamiento. En verdad, los ritmos circadianos requieren ser cuidados no sólo durante esta circunstancia extraordinaria que es la pandemia, sino siempre. ¡La aplicación sigue siendo útil aún ahora, una vez finalizado este período!
 

 

 

La aplicación mi reloj interno brinda recomendaciones para sincronizar nuestro reloj interno.

Ale: Muchas gracias Lía por compartir esta charla con esparCiencia. Antes de avanzar con la explicación sobre el desarrollo de la aplicación, te quería hacer algunas preguntas relacionadas con la forma en que percibimos el tiempo. ¿Los humanos tenemos un reloj interno? ¿Los animales y las plantas también tienen relojes internos y ritmos circadianos? 

Lía: Muchas gracias por la pregunta. Lo primero que te voy a decir es que, sí todos tenemos relojes internos. Los humanos, los animales y también las plantas tienen ritmos circadianos y su utilidad es permitir a los organismos anticipar qué es lo que va a suceder.  Los organismos sobre la tierra tienen un reloj circadiano. La tierra gira sobre su eje cada 24 horas generando una alternancia de luz y oscuridad.  El reloj interno debe sincronizarse con el reloj celeste. Entonces la aparición de la luz durante el día y la desaparición durante la noche es la señal  que pone en hora el reloj interno.


Ale: ¿El reloj interno está organizado sólo en función de nuestros genes o el ambiente también influye en su construcción? ¿ Este reloj participa en la forma en la que percibimos internamente cómo transcurre el tiempo?

Lía:  Nosotros tenemos un reloj en el cerebro. Este reloj está compuesto por células que dentro de ellas tienen un reloj molecular.  Estas células procesan determinadas proteínas específicas que hacen funcionar el reloj molecular.  Estas proteínas se expresan a partir de nuestros genes. En ese sentido ,el reloj depende de nuestros genes. Pero su expresión se encuentra modulada por la interacción con el medio y en función de estas dos variables (genes y medio ambiente) se va armando el cronotipo o el reloj interno de cada individuo.

Ale: Los seres humanos en general reconocen que tienen horarios donde su rendimiento en el estudio o en el trabajo es mejor que en otros y por otro lado,  prefieren otros para dedicarse al ocio y en los cuales les  cuesta mucho realizar algunas tareas.   ¿Estos hábitos son los que definen el cronotipo?  ¿Nos explicarías brevemente qué es el cronotipo?

Lía: El cronotipo es la interacción entre el propio reloj interno y el ambiente. Depende tanto de los hábitos propios como del ambiente en general. Se puede percibir como una preferencia por levantarse temprano y acostarse temprano  o ser una persona  que disfruta más de la noche, la cual se queda despierta  hasta más tarde y a la mañana le cuesta empezar el día. Sí, existen estas preferencias, pero  también van cambiando con el tiempo. No es lo mismo un bebé, un niño o una niña que una persona de edad madura. Y por supuesto, las preferencias de una persona madura son también muy distintas a las de los adolescentes. Los adolescentes tienen más actividad durante la noche. Estas diferencias tienen que ver con la interacción de los genes con el ambiente. La modificación en el cronotipo a lo largo de la vida es consecuencia de las distintas edades del desarrollo y también de los hábitos. En nuestro país es muy común que  los adolescentes salgan de noche, pero en otros países no tienen estos hábitos. Por otro lado, las personas mayores en general son muy, muy muy diurnas, se levantan temprano a la mañana y van a comprar pan antes de que abra la panadería, por ejemplo. Esto nos muestra cómo cambia el cronotipo a lo largo del desarrollo de una persona.

Ale: ¿Qué sucede con las personas que tienen sus horarios de trabajo por obligación cambiados del horario habitual en que se desarrollan las actividades en la sociedad. La  gente que trabaja de noche, por ejemplo:¿puede tener consecuencias sobre su salud?

Lía: Los trabajos nocturnos y los trabajos rotativos suelen ser problemáticos para el reloj circadiano porque se enfrentan a no estar en concordancia con el reloj externo. La  gente que trabaja de noche está expuesta a la luz artificial durante la noche y pobremente a la luz natural durante el día. Estas personas tienen dos problemas. Por un lado, la luz artificial promueve la degradación de ciertas proteínas que deberían acumularse durante la noche en las neuronas que forman el reloj interno.  Por otro lado, las proteínas que deberían degradarse durante el día no los hacen  por estar pobremente expuestos a la luz natural. La acumulación de estas proteínas  es lo que  marca la noche para el reloj interno. La luz es el estímulo que promueve la degradación de estas proteínas y la diferencia entre las concentraciones de estas proteínas es lo que marca el día y la noche.  Entonces, estas personas tienen en general  poca diferencia en la cantidad de proteínas entre el día y la noche.  Existen diferencias  poco marcadas y esto hace que las de las neuronas circadianas marquen horarios un poco distintos entre sí. Al no estar sincronizadas las neuronas el reloj también está menos sincronizado y por lo tanto es un reloj menos robusto. Esto hace que marque cualquier hora o que marque con menos fuerza la hora correcta. Entonces la fisiología de estas personas se encuentre alterada. A una persona que tiene turnos rotativos se le suma a este problema además que esto va cambiando todo el tiempo. Su reloj interno a veces marca  un determinado  horario y en otro momento marca otro horario distinto por lo cual  esta situación es aún peor.   La persona que hace un trabajo nocturno, en cambio, podría exponerse a la luz natural durante el día a la salida de su trabajo y de esta manera sincronizar su reloj interno. Para las personas que tienen horarios rotativos se recomienda es tomar algunos tipos de drogas que ayuden a marcar la diferencia entre las concentraciones de  proteínas que conforman el reloj además de la exposición a la luz natural.

Yo fui muy insistente con el tema de la exposición a la luz natural, porque  es el mayor de los sincronizadores, pero los hábitos también colaboran. Por eso la importancia de mantener horarios regulares, levantarse siempre a la misma hora, acostarse y dormir siempre a la misma hora.  Digo dormir, no acostarse y mantener la luz prendida al celular. Hay muchas actividades, el trabajo, el estudio y la actividad física en horarios fijos que funcionan como sincronizadores. No en la medida en que lo hace la luz, pero contribuyen.  Por eso es importante mantener hábitos y sostener los horarios en el que se realizan estas actividad a lo largo del tiempo.

Nuestro reloj interno está compuesto por neuronas que poseen un reloj molecular.

 

Ale: Durante la pandemia muchas personas quizás estuvieron más atentas al tema de la exposición a la luz y a los ritmos naturales, pero esto que nos contas nos sirve para entender lo importante que es cuidar nuestro reloj interno en todo momento. ¿Qué influencia tienen los hábitos relacionados al sueño?

Lía: Son muy importantes y  tienen una injerencia mucho más grande de lo que pensamos. El sueño tiene mucha importancia en todo lo relacionado a la actividad física, la fisiología y a nivel emocional.  Durante el año pasado fui a un congreso  en el que mostraban que el confinamiento tuvo efectos muy profundos en los ritmos circadianos. Sobre todo, lo que se vió es que al principio del confinamiento las personas dormían un poquito más. Pero después lo que se observó es que muchas personas empezaron a tener horarios muy desfasados. Muchas personas tenían problemas de insomnio y después se despertaban muy tarde durante el día y no estaban expuestas a la luz natural. Entonces el ciclo se repetía una y otra vez, las personas estaban expuestos a luz artificial hasta muy tarde se acostaban muy tarde y se levantaban cada vez más tarde. El ciclo se repetía, haciendo que muchas personas tuvieran problemas con el sueño. En este mismo congreso vi un estudio hecho en México donde se evaluaba la cantidad de horas de sueño y se lo relacionaba con el estado de ánimo y la depresión. Lo que encontraron es que las personas que dormían mal presentaban un peor estado de ánimo o manifestaban ciertas tendencias depresivas. Esto se vio mucho más en personas adolescentes o jóvenes que en personas más grandes, con hábitos más fijos o que por su cronotipo se levantaban más temprano Las personas mayores fueron las menos afectadas por los cambios de hábitos debidos a la pandemia.

Ale: Además de estos aspectos relacionados a la salud mental y emocional que nos comentabas ¿se observaron consecuencias en la salud física de las personas debidas a las alteraciones en el ritmo circadiano?

Lía: Sí. Por ejemplo, a nivel metabólico, una persona que se levanta tarde, muy tarde durante el día suele comer mucho muy tarde a la noche. El cuerpo no está muy bien preparado para procesar la comida durante la noche. Entonces, a nivel metabólico tampoco es muy bueno cambiar los hábitos relacionados con la alimentación. 

Ale: Esto es súper importante para tenerlo en cuenta no solo durante la pandemia, sino también ahora que estamos retomando nuestras actividades en forma más o menos normal. Si eventualmente se produce un desfasaje en los horarios ¿cuánto tiempo le lleva a nuestro reloj interno volver al estado original?


Lía:  Esto es lo que ocurre cuando una persona viaja a un lugar con un huso horario muy distinto. Lo que se conoce como jetlag. Se supone que se requiere un día para compensar cada hora de diferencia en el huso horario. De alguna manera un desarreglo de un día es fácil de corregir. Sin embargo, el problema es cuando el desfasaje es crónico. Y por eso la importancia de los hábitos. 


Ale: ¿Cuando ustedes empezaron a desarrollar la aplicación ya disponían de los datos sobre los hábitos y los cronotipos asociados a Argentina o realizaron un relevamiento? 
Lía: Nosotros lo que queríamos era usar una base de datos local en Argentina. Existían algunas bases de datos como CronoArgentina, pero no teníamos el número de personas ni tampoco los datos en situación de confinamiento. Entonces lo que hicimos fue generar una encuesta en la que por suerte mucha gente participó, (alrededor de 4000 personas), y de esta manera pudimos generar una base de datos local. Recalco lo de local porque nosotros en Argentina, tenemos algo llamamos idiosincrasia horaria, que es bastante particular.
Las grandes bases de datos, vienen de Europa y de Estados Unidos. En esos países la gente cena a la siete de la tarde por ejemplo, y acá en Argentina no es tan frecuente que la gente cene a esa hora. Somos personas más nocturnas y con horario de cena de entre las 9 y las 11 de la noche. Por este motivo, era necesario generar una base de datos local ya que tenemos un horario de cena muy particular y esto iba a repercutir en la construcción del algoritmo. Por eso recurrimos a la encuesta, porque es una muy buena manera de conectarse con esos datos. Alimentamos a partir de la encuesta a un sistema de inteligencia artificial que ayudó a construir  el algoritmo que es el corazón de la aplicación.

Ale: Hoy revisamos la aplicación y figura que más de 10.000 personas la usaron. ¡Es un muy buen número! Seguramente cuando analicen los datos van a tener una información valiosa. ¿Cómo van a utilizar estos nuevos datos? 

Lía: La idea sería refinar el algoritmo y para ver cuáles fueron los hábitos que más influyeron en la mejora del reloj para ponerle más peso a estas consideraciones. Entonces, en una nueva ronda de uso de la aplicación, se dará más peso a estas y menos a aquellas que no han sido tan útiles. También podrían darse recomendaciones más específicas, porque por ejemplo, hay algunos hábitos que sirven más para mujeres y otros hábitos que tienen más importancia en las variables cronobiológicas de los hombres, por ejemplo. Otra variable a analizar es cuáles hábitos influyen según la edad de las personas. Con más datos podríamos refinar estas interacciones y ser más específicos a la hora de dar las recomendaciones.

Ale:  Eso va a ser muy bueno y ojalá la gente use la aplicación.  Personalmente conozco gente que tiene temas relacionados con el sueño y con el descanso. Me parece que conocer la importancia de los hábitos  los ayudaría mucho. También puede ayudar a las personas que las padecen para que consulten con un especialista en medicina del sueño. ¿La aplicación podría ayudar a estos pacientes? 

Lía: Uno de nuestros anhelos con respecto al uso de la aplicación es tratar de llegar a los médicos y médicas clínicas para que la tengan como herramienta para poder diagnosticar y distinguir problemas relacionados al sueño de otras enfermedades.  También hay un tema sobre la crítica casi moral sobre la persona que se acuesta más tarde o que no se puede levantar temprano. Muchas veces se lo tilda de  vago, cuando en realidad lo que hay es lo que un reloj interno que está atrasado por diferentes motivos. Entonces está la cuestión de la ética. Se usan frases como  “Al que madruga Dios le ayuda” 

Ale: ¿Hay mucho preconcepto sobre este tema? 

Lía: Hay mucho, mucho prejuicio que tiene que ver con la educación de nuestra cultura. Pero, por otro lado están los hábitos y la genética. Hay que tener conciencia sobre aquellas cosas que se pueden modificar con los hábitos y de aquellas que no se pueden modificar que se relacionan con algunas patologías genéticas. Una persona que tiene una alteración en una proteína relacionada con este proceso debido a una mutación en alguno de los genes que las codifican va a presentar una patología circadiana. No es una persona vaga, es una persona que tiene un reloj que funciona en una forma no canónica. 

Ale: Estas diferencias en el reloj pueden ser como aquellas que se encuentran en otros aspectos de los seres humanos. Sin embargo, se carga a la persona  de culpa por no poder modificar sus hábitos, como si fuera falta de voluntad para lograrlo, cuando el tema es mucho más profundo. 


Lía: Tengamos en cuenta que el reloj está en dos pedacitos chiquitos del cerebro  pero las alteraciones que se producen en esas neuronas repercuten en toda la fisiología del organismo, incluso del despertar y el dormirse. Entonces, está bien saber que si algo no anda bien, se puede consultar con alguien que sepa para pedir ayuda. Por eso queríamos promover el uso entre médicos y médicas  clínicas para que lo tengan como herramienta

Ale: Bueno,  felicitaciones Lía por la iniciativa, la idea que se les ocurrió, llevaron adelante el proyecto. La aplicación  ya está funcionando en varias plataformas y seguramente le resultará útil a muchas personas en el futuro. Así que por mi parte gracias y felicitaciones al grupo de investigadoras que la desarrollaron.

Lía: Muchísimas gracias por la entrevista. Y sí, quiero recalcar que hemos sido un grupo de científicos que nos pusimos al hombro este proyecto, que lo hicimos con muchísimo amor, además de toda la parte científica y nacional. Lo hicimos como mucho cariño, pensando  también en el estado de bienestar, en la salud, pensando en ser  patriota y se demostró  como cuando la gente trabaja  con ánimo se pueden lograr las cosas y pueden funcionar.  Pero a veces uno piensa cómo vamos a poder hacer algo si todo está muy lejos . En verdad, las cosas se pueden hacer si uno tiene la ayuda, el motor y el entusiasmo pero….lo primero que empieza a hacer circular todo es la idea y el entusiasmo. Muchas gracias!  

Ale:  Muchas gracias Lía!  Un gusto hacer esta entrevista. Además, les queríamos recordar que la aplicación se puede bajar para los sistemas Android  y  iPhone de  sus celulares. Les dejamos  el link por si quieren conocer más   https://www.mirelojinterno.org/

Muchas personas presentaron problemas de insomnio durante la pandemia debido a los cambios de hábitos provocados por el confinamiento.


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