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Costa Rica es una nación que valora muchísimo sus ecosistemas naturales y lleva adelante grandes esfuerzos para conservarlos. Pero uno de sus ciudadanos decidió mirar más allá de su lugar de nacimiento, no solo de su país sino incluso de su planeta!
El costarricense Franklin Chang Díaz, nacido el 5 de abril 1950 e hijo de una criolla y un inmigrante cantonés, figura entre los más experimentados de la NASA con siete misiones en su haber y cientos de horas de vuelo.
Luego de comenzar su educación en su país natal y gracias a su buen desempeño académico, Franklin recibió una beca para estudiar ingeniería mecánica en la Universidad de Connecticut. Continuó sus estudios con un doctorado en física en el MIT que finalizó en 1977. En 1981 fue seleccionado como astronauta y en 1986 realizó su vuelo debut a bordo del transbordador Columbia. Luego de esa misión voló seis veces más hasta su último viaje en 2002.
Además trabajó como lazo entre los astronautas y la comunidad científica, como encargado de comunicaciones en varias misiones y en el desarrollo de infraestructura indispensable para el trabajo científico en los transbordadores.
Durante su tiempo en órbita realizó varias caminatas espaciales, la última de ellas para instalar el brazo robótico de la Estación Espacial Internacional, participó del lanzamiento de la sonda Galileo, destinada a estudiar el planeta Júpiter y fue parte de la primera misión conjunta entre la NASA y Roscosmos (su par ruso) luego de la caída de la Unión Soviética.
En su profesión de ingeniero y con los pies sobre la Tierra, Franklin dedicó su carrera científica al desarrollo de la propulsión con plasma, una forma de impulso de vehículos espaciales que se considera muy prometedora para vuelos largos. Para desarrollar esa tecnología fundó la compañía Ad Astra, que se encuentra entre las pocas empresas privadas que actualmente ensayan vehículos espaciales.
Franklin no olvidó su tierra natal y en 2005 fundó en Costa Rica una subsidiaria de su empresa y entre otras iniciativas introdujo los buses de pasajeros con motor de hidrógeno en la región.
Su histórica carrera en la NASA, actual impulso a las tecnologías innovadoras y sobre todo atención a la tierra que lo vio nacer hacen de Franklin Chang una figura muy reconocida y apreciada entre sus compatriotas.